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Esta historia de cuentos y hadas, como todas: antigua y trasnochada, rubrica la pesadez del realismo mágico en la tierra de las mariposas amarillas. Ogros, y orcos son apenas seres indefensos y martirizados si los comparamos con la burda clase oportunista y desleal del país. Una travesía no deseada a nadie. Sin embargo, y huyendo a toda advertencia, la presidente de Noruega cual hada inocente, entró en la tierra de nunca jamás.
Colombia, cómo nunca antes, se percibe como el territorio de lo imposible, lo que pasa solo es virtud en las mentes de los talentos más divergentes del séptimo arte y de la literatura de ficción. Pero, además sus actos están llenos de poca cordura, mucha pasión y constante comedia. “Somos un chiste”, mal contado pero muy burlado.
Sin embargo, nunca antes habíamos dado la altura requerida, para que estos sucesos propios de la vecindad del chavo, tuviesen la atención diplomática mundial. Y fue así como la señora presidenta de noruega, la jefe de estado del segundo país más feliz del mundo en el año 2018, no por la cantidad de circos y payasos (que abundan en la escena pública colombiana), sino por la cuantificación de criterios como libertad, bienestar, salud y generosidad. La primera vez que esta alta dignidad del socialismo europeo del siglo pasado, pisaba suelo colombiano. No podíamos ser indiferente y teníamos que cargar municiones para que su pasaje fuese inolvidable, y… ¡lo logramos! No precisamente por nuestro amable y caluroso “don de gentes” sino por nuestra maquina brutal para generar historias que son complejas de creer y de contar.
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El desenlace del proceso de paz entre el gobierno y la desaparecida guerrilla de las FARC, fue, entre otros, un esfuerzo de muchas voluntades, unas buenas y otras oportunistas, y cuya garantía fue repartida por Cuba y Noruega. Esta fue la excusa poco casual, para que la ministra Erna Solberg visitar el país, como apoyo irrestricto del postconflicto. Pero no tardaba su arribo al país cuando retumban noticias insólitas:
“Atención: un falso fiscal burla a la justicia y por suplantación, intercede ante un juez para que su investigado saliera libre… un polémico líder camionero”. Días después se supo que este señor se dedicaba al rebusque. Podría ser postulado a diversos castings en las trasnochadas novelas colombianas. Nadie se había dado cuenta que tal acto calculado y bien ejecutado. Algunos, con la “vista gorda” pudieron determinar el delito. Una total vergüenza del aparato judicial.
“Atención: El (hasta ese entonces) magistrado Gustavo Malo (en honor a su apellido) ha declarado estar pasando por una severa crisis de “depresión”, luego de 4 incapacidades médicas (estrés, hernias, otros dolores) y varias licencias no remuneradas. Vinculado al “cartel del la Toga”, se ha burlado de la justicia”. Cabe recordar que la hija de este señor recurría al cobro de “vacunas laborales” a quienes ayudaban en la colocación de empleo: una novedosa forma de pago por servicios, una clase de “utilidad compartida”, modelos de negocio contemporáneos. Malo, pero futurista.
“Atención: El candidato Uribista Iván Duque quien, al parecer, tras pintar su cabellera de isabelinas canas, está en el ojo del huracán, por mentir en su hoja de vida. La Universidad de Harvard a aclarado que el aspirante no ha completado allí alguna especialización. Se inscribió a una maestría que no concluyó”. Los políticos colombianos han entrado en una euforia mitómana, donde al querer ser rimbombantes e imbatibles con su pasado, pueden mentir hasta en su procedencia. En estos días, todos esos candidatos son: el fruto del esfuerzo humilde de familias muy pobres, que trabajaron sol a sol. Por ello, ellos reencarnan el padecer del colombiano “de a píe”. Se burlan de nosotros. Unos incautos les creen.
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Pero la faltaba la tapa: “Atención: Se han identificado problemas en la ejecución del Fondo Colombia en Paz, irregularidades asociadas a lentitud y procesos lentos en contratación y ejecución”. Luego se había destapado una trama sentimental de novios locos de amor y de sed de contratos, que ya habían suscrito en la Organización Internacional para las Migraciones, ya ahora eran beneficiarios de la paz tras un jugoso contrato para elaborar un sistema de seguimiento a de inversión (SIIPO). Una burla a la ética.
Imaginemos que podría pasar por la cabeza de la señora ministra de Noruega, al escuchar estas noticias mientras visitaba las obras consecuentes de la paz y el clima de reconciliación de las comunidades víctimas del conflicto. En su regreso, reunida con su equipo, allegados o familiares, es posible que estas historias hayan sido excusa para tomar un par de cervezas y pasar un rato alegre y feliz al contar nuestras extrañas desgracias, propias del tercer mundo. Un mundo raro y perverso.
Si reflexionamos, nuestra historia es una trama de burlas, de eventos risibles: un estado de ciencia ficción. NETFLIX estaría dispuesta en pagar los derechos de autor de todas estas fábulas inverosímiles, y sacarles provecho en series por suscripción. De esta forma, evitaríamos una nueva reforma tributaria o una nueva mentira de Duque sobre sus postgrados.
Colofón: Mucho tiempo pasará y quedaremos en deuda con el profesor José Néstor Pékerman. Levantó un maltrecho equipo, una clasificación comprometida y en dos mundiales volvimos a vivir la camiseta, olvidarnos del nunca jamás por un momento y retando a la historia, nos creíamos campeones. Sin embargo, y como es su costumbre, la Federación Colombiana de Fútbol, diseñada para el provecho del capital y no del deporte, le ofreció una salida por la puerta trasera. Falta urbanidad y elegancia.

